Mangueras de riego para jardín

Selección de mangueras de riego

¿Qué manguera de riego elegir?

en este apartado queremos asesorarte sobre qué tipo de manguera de riego elegir según el tamaño y número de plantas que tengas en el jardín. 

Para ello, establecemos la siguiente clasificación de tipos de mangueras:

Mangueras de riego convencionales: materiales plásticos resistentes a daños mecánicos y altas presiones. Las más habituales y económicas.

Mangueras extensibles: fabricados con materiales elásticos y enrollables. Para pequeños recorridos y jardines pequeños. Cómodos de almacenar. 

Mangueras enrollables: llevan en conjunto un equipo de enrollado para permitir su guardado de forma cómoda y práctica.

Mangueras convencionales

Nada que reseñar que no sepamos todos. Podemos encontrar distintos diámetros y hasta 50 metros de longitud, que podremos conectar con nuevas mangueras para alargarla aún más. 

Suelen estar fabricadas de goma o vinilo, y en las últimas versiones ofrecen buena resistencia frente a pinchazos, especialmente cuando se rozan con plantas con espinas y tricomas.

Suelen ser bastante económicas, y es recomendable adquirir también piezas de conexión rápida (con grifo y para ampliar la longitud con otras mangueras), ya que nos salvarán de más de un apuro. 

A estas mangueras también se pueden incorporar pistolas para pulverizar o aumentar la presión. 

Mangueras extensibles

Para un jardín con una superficie superior a 2000 m2 no se aconseja utilizar las mangueras extensibles. Aunque son cómodas de almacenar, la longitud de trabajo, algo más corta que las mangueras convencionales, hace que sea más complicado de regar jardines grandes. 

Por otro lado, mangueras de este tipo de gran longitud pueden enredarse con mayor facilidad, ofreciendo menor comodidad de trabajo al hacer una fuerza continua a enrollarse que tendremos que luchar contra ella. Este tipo de mangueras son excelentes para pequeños patios, jardines pequeños o terrazadas, pero no tanto para jardines de mayor dimensiones y diversidad de cultivos.

Otro handicap es la imposibilidad de conexión para aumentar la longitud, ya que suelen estar formados por piezas únicas de conexión y acabado en pistola de aplicación.

Resumen: cómodas de almacenar pero uso recomendado para pequeñas superficies.

Mangueras enrollables

En realidad, existe muy poca diferencia entre las mangueras enrollables y las convencionales. La única salvedad es que las primeras suelen incorporar un carro (móvil o anclado a la pared) que permite su fácil recogida cuando se han usado. 

Una de las ventajas que ofrece este tipo de mangueras es la facilidad de conexión en casos en los que necesitemos alargar la longitud de la manguera, pudiendo conectar otra del mismo diámetro (y no necesariamente de los mismos materiales). 

Cuando terminemos de darle uso, nos iremos al carro de recogida y, de forma manual, podremos recoger la manguera

El handicap es que el precio es algo superior con respecto a las mangueras convencionales dado que incluuye el carro o herramienta de recogida.

Resumen: comodidad de recogida y manejo, así como la posibilidad de ampliar la longitud con conexiones.

Imprescindible además contar con varios conectores de manguera. Por un lado, la cómoda conexión al grifo habitual, que con una ligera presión conseguimos conectar o desconectar. 

Los conectores más comunes son los que enganchan con la toma de 1/2″, lo más habitual en un grifo, y la manguera de 16 mm o 3/4″. En este tipo puedes encontrar componentes de conexión manual, es decir, haciendo presión, o los que tienen una pieza auxiliar para permitir introducir y quitar la manguera haciendo clic a un botón.

Por otro lado, un adaptador para conseguir conexiones entre mangueras y alargar la superficie de trabajo, algo muy cómodo cuando queremos regar una parte del jardín que no solemos hacerlo de forma habitual. 

Arreglar un pinchazo en la goma

Algo absolutamente común en el jardín es sufrir un pinchazo de manguera. De ahí que las últimas fabricaciones y componentes de riego cuenten con sistemas antitorsión y reforzados con hilo interior para pinchazos. 

Sin embargo, si tienes plantas con pinchos, ya sea palmeras o rosales, es algo natural que se produzcan pequeños pinchazos. 

Podemos dividir los pinchazos leves, donde sale muy poco caudal a una gran presión que llega el agua a 2 o 3 metros, totalmente nebulizada el agua. La forma más sencilla es aplicar pegamento antipinchazos o sellar con teflón. 

Por otro lado, tenemos los pinchazos graves, donde el agua sale con fuerza y pierde bastante caudal. Se aprecia a simple vista el agujero y la rotura. 

Estos pinchazos de manguera son más complicados de arreglar, y los resultados no suelen ser positivos. Por tanto, en la mayoría de ocasiones siempre se recomienda cortar por lo sano y realizar un empalme con una toma de conexiones. De esta forma evitaremos que se pierda ni una sola gota de agua.